Miércoles, 1 de Mayo de 2024

Massa vuelve al ruedo y promete "trabajar para suturar las heridas"

Desde Río Negro habló de "suturar las heridas que al peronismo y a todos los argentinos les generó la corrupción". Busca instalar un discurso que le permita ser alternativa electoral en 2017, aunque la pelea pareciera ir camino hacia una nueva polarización entre el kirchnerismo y el macrismo. La difícil tarea de encontrar un discurso que lo mantenga como "tercera posición".

06-02-2017



Fiel a su estilo, Sergio Massa reaparece con frases grandilocuentes.
No es fácil el lugar que ocupa, aunque claro está, es el que él mismo eligió ocupar. Convencido en su momento que la sociedad quería "un cambio" pero que no fuera drástico, eligió transitar "el carril del medio", y lo que consideraba una "tercera posición" entre el kirchnerismo y el macrismo, se convirtió en una posición ambivalente que le costó la carrera a la presidencia.
Claro está también, con la edad a favor, volvió a creer que reinterpretaba "2el mandato de las urnas" y fue de los primeros dirigentes de peso en posar para la foto con el entonces flamante mandatario, Mauricio Macri, a quien no sólo le acercó gobernabilidad con los votos que le dio en la Legislatura bonaerense y en el Congreso nacional, sino que le sirvió para negociar cargos y sostener su propia estructura mientras se dejaba llevar por los nuevos vientos.

Pero a diferencia de lo que muchas veces caracterizó a Massa que fue su olfato, esta vez lo tuvo algo impreciso. El gobierno de Macri no resultó ser ni débil ni gradual como podía haber sugerido que sería cuando prometía en campaña todo lo contrario a lo que ejecutó. En ese marco, la tercera posición de Massa es casi un híbrido después de haber sido durante un año, un oficialismo encubierto.

La posible participación de Cristina Kirchner en la contienda electoral de 2017 podría dejar a Massa nuevamente a la caza de quienes no elijan ni a unos ni a otros, pero cuanto más se profundice la política neoliberal del oficialismo, más chance tiene de perder adeptos en esa tercera posición, que es, no obstante, la única posible que tiene tras entrar en un callejón sin salida en el que él solo se metió.

Su nuevo discurso promete "cerrar heridas" y menciona al peronismo, a los argentinos y a la corrupción, aunque suele señalar un solo sector corrupto y olvidarse de las causas que salpican a quienes hoy ostentan el poder.

Prometió trabajar "para suturar las heridas que al peronismo y a todos los argentinos les generó la corrupción".

Reconoció que "a la gente la plata no le alcanza" y compartió con los productores de Río Negro el Proyecto de Ley de Economías Regionales en el que trabaja su espacio. Las declaraciones del líder del Frente Renovador se dieron en el marco de la Fiesta Nacional de la Manzana que anualmente se celebra en esa provincia.

"Pedimos que desde el Estado se generen las condiciones para promover la producción local de manzanas a partir de la baja de impuestos al sector. Y que la producción de la sidra tenga el mismo tratamiento que el champagne y en los puertos patagónicos los reintegros a las exportaciones", afirmó.

La recorrida de Massa contó con el acompañamiento de Marco Lavagna, José Ignacio de Mendiguren, Raúl Pérez, Gustavo Bevilacqua y María Emilia Soria; el intendente de Villarino, Carlos Bevilacqua y Rubén Belich, secretario general de la CGT Río Negro, entre otros, en una de las características "salidas pre campaña" que suele tener el hombre fuerte de Tigre.

Massa sabe que no tiene un camino sencillo para 2017, porque es altamente probable que la elección se polarice nuevamente y que no haya demasiadas chances para quienes ofrezcan una alternativa "media". Más aún, si entre sus aliados electorales elige personajes que estuvieron históricamente enfrentados al peronismo como Margarita Stolbizer.
También sabe, no obstante, que el peronismo suele tener como premisa considerar que no se puede pensar en una chance presidencial sin antes disputar la legislativa y salir airoso de esa. Y aunque pudiera soñar con un peronismo unificado que le permitiera disputar una interna en el camino a una elección general, esa posibilidad no podría ser en 2017. Por un lado, porque sería difícil competir o compartir el espacio con la ex Presidenta, y por otro, porque en el camino perdería muchos de los votantes "independientes" y también la chance de tener legisladores propios y en consecuencia, poder de negociación con el oficialismo.
El desafío 2017 no sólo será obtener un buen número en las urnas, sino cómo construye un discurso que le permita despegarse del gobierno (al menos ante las cámaras, porque por debajo tiene funcionarios propios por doquier) y que lo convierta en una alternativa atractiva en un momento donde la discusión parece polarizarse cada vez más.

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